martes, abril 05, 2011

TODO (O CASI) SOBRE SANCHO

Me llamo Sancho, tengo unos 4 años y vivo en el corral con Pinto. Salgo de paseo todos los días y me baño en el río, me gusta mucho nadar aunque el agua esté muy fría. En invierno cuando volvemos al corral Carmen me seca bien con una toalla, si hace calor, las carreras que me pego y el buen tiempo me secan en un ratito. Estoy contento, por fin pertenezco a una manada, me dan de comer todos los días, no paso frío en invierno y ya no me mojo cuando llueve. Y no me pegan. Incluso si alguien lo intenta, mi manada da la cara por mí. Si un perro grande intenta morderme voy corriendo con Pinto, Pinto no es agresivo, pero no le gusta la violencia y lo deja claro. Si es un humano Carmen no lo consiente. Como el otro día, que un hombre me fue a pegar un bastonazo y ella le dijo que le denunciaba, que yo ya no estaba tirado en la calle, que tenía mis derechos (bueno, ¡si hasta tengo pasaporte!) Antes en el pueblo se reían de mí, me llamaban chucho, me tiraban piedras, me corrían con las motos. Ahora dicen de mí que estoy lustroso, que tengo el pelo bonito, que soy simpático, incluso juegan conmigo a la pelota. Yo no sabía jugar pero Carmen me ha enseñado.
Es un juego un poco confuso, la verdad, es como cuando me tiraban piedras, pero las pelotas y las piedras son distintas. ¡Las tiras al río y flotan! Entonces cojo carrerilla y me lanzo a por ellas, el agua ya no me da miedo. Lo que más me gusta es nadar y además me viene muy bien para la pata mala. Tengo una pata trasera un poco torcida, me la rompieron a la altura de la cadera, el veterinario dice que de un golpe seco. Cuando empezé a vivir con Carmen cojeaba mucho, pero nadar es una rehabilitación muy buena y muy divertida. Y correr también, claro. Corro detrás de los conejos (pero siempre me ganan, me da una rabia...), de las lagartijas, de los gatos, de los pájaros, corro a chinchar a los perros del pastor, (me caen fatal), ahh y me chifla cavar agujeros y llevarle ratoncitos a Carmen (eso no le hace gracia) y revolcarme en cosas que huelen fatal (eso le hace menos gracia todavía. Bueno, ahí exagera un poco, no creo que revolcarse en las tripas de un bicho muerto deje un olor tan malo. Pero no falla, cada vez que lo hago, ducha al canto. Y la ducha si que no me gusta nada de nada. Ya sé, me gusta bañarme en el río pero no la ducha. Bueno, yo también tengo mis manías, ¿qué pasa?) Si me veis, soy un perro como los demás. Apenas me quedan cicatrices por fuera: una pata un poco chula y una marca en el cuello , una linea honda que lo cruza y en la que no me crece el pelo. Pero eso lo sabéis porque os lo he contado ahora. Por fuera soy otro perro más, sin raza definida, feliz y orgulloso de mi manada y del papel que tengo en ella. Hay un proverbio árabe que dice que cuando un perro callejero te sigue es en realidad tu ángel de la guarda que te reconoce y te acompaña a caminar un rato. No nos tiréis piedras, no nos torturéis, si sufrimos no paseis de largo fingiendo que no nos veis. Porque es verdad, somos ángeles, ¿acaso los ángeles no llevan amor a los corazones? Es lo que hacemos, sólo que algunos de vosotros no queréis daros cuenta. No importa, porque somos ángeles y tenemos buen corazón siempre os daremos una segunda oportunidad. No la rechazeis. No nos rechazeis. Saldreis ganando.

3 comentarios:

  1. SANCHO ERES UN SOLETE , COMO TU MAMI¡¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  2. QUE BONITO LO QUE HAS ESCRITO Y QUE FINAL FELIZ

    ResponderEliminar
  3. De verdad que son ángeles, y yo tengo más de uno!
    Adorado! Te mereces lo mejor, un besote!

    ResponderEliminar